Suzanne: Tumor Cerebral

cyberknife QuoteMe siento realmente afortunada por haber descubierto CyberKnifecyberknife Quote

Para Suzanne, de 34 años de edad, no hay nada más importante que ser la mejor madre posible para sus hijos pequeños. Pero en otoño del 2005, un descubrimiento realizado durante una prueba cerebral rutinaria amenazó con arrebatar a esta madre de Phoenix, Arizona, la capacidad de cuidad de sus hijos.
 
Unos años antes, los médicos habían descubierto que Suzanne tenía un quiste pineal, una lesión benigna del cerebro que no causaba síntomas adversos. Para asegurarse de que el quiste no crecía ni cambiaba, Suzanne se realizaba pruebas de imagen del cerebro de manera regular. No obstante, cuando iba a someterse a una RM en octubre del 2005, Suzanne tuvo la sensación de que algo iba mal, aunque no experimentaba ningún problema concreto. Tenía razón: la resonancia reveló una masa en el cerebro, pero no era el quiste pineal.
 
Suzanne tenía un neuroma acústico, un tumor normalmente benigno y de crecimiento lento que puede causar pérdida auditiva, hipoestesia facial o problemas de equilibrio. "Me alegré al saber que no era cáncer", dijo Suzanne. "Pero cuando el médico me dijo que el tratamiento más frecuente era la microcirugía, lo único en que pude pensar fue en mis hijos, que entonces tenían tres y un año, en cómo mi lenta recuperación afectaría a sus vidas y en la posibilidad de que algo quedará mal para siempre."
 
Durante la semana que transcurrió entre el diagnóstico y la primera visita con un especialista, Suzanne pasó muchas horas en Internet, buscando información sobre neuromas acústicos. "Estaba cada vez más ansiosa", declaró. "Pasé de querer simplemente que me lo sacaran de la cabeza [el tumor] a sentirme aterrorizada por la operación."
 
Sabía que la recuperación de la intervención podía durar varios meses, y que lo más probable es que perdiera audición en el oído izquierdo. Y el riesgo de sufrir una parálisis facial permanente y problemas de equilibrio era muy alto. "No quería asumir esos riesgos porque mis hijos tendrían que vivir con una madre distinta", añadió.
 
Cuando empezó a investigar sobre otras opciones terapéuticas posibles, descubrió que la radioterapia podía ser una alternativa y que una tecnología nueva –el Sistema de Radiocirugía Robótica CyberKnife®– se estaba utilizando para tratar tumores cerebrales. Cuando Suzanne visitó al neurólogo, él le dijo que era apta para radioterapia o cirugía y la derivó a un oncólogo radioterapeuta. Una semana después, en la visita con el primer oncólogo radioterapeuta, éste no le pudo ofrecer información sobre el Sistema CyberKnife. "Sólo pudo hablarme de la tecnología de que disponía, y que tendría que someterme a semanas de radioterapia", dijo Suzanne. "Me sentí decepcionada, porque, en lo que respecta a la radioterapia, quería el tratamiento más preciso posible, para que las células adyacentes al tumor no quedaran dañadas."
 
Mientras tanto, Suzanne buscó más información de pacientes que habían recibido tratamientos con CyberKnife para neuromas acústicos en Internat y en la página web del grupo de apoyo al paciente. Y descubrió que en su ciudad había uno en el St. Joseph's Hospital's Barrow Neurological Institute (BNI). "Sabía que quería la mejor tecnología que existiera", dijo. "Cuando encontré CyberKnife, una de las cosas que más me gustó fue que no es invasivo, que tiene una precisión asombrosa y que no afectaría a mi calidad de vida."
 
Concertó una visita con el Dr. John J. Kresl, un oncólogo radioterapeuta, y con su equipo, que utilizaban el Sistema CyberKnife y otros sistemas de radiocirugía en el BNI. Todos coincidieron con ella en que el Sistema CyberKnife era el mejor curso de tratamiento para Suzanne.
 
Para cuando empezó los tratamientos con CyberKnife un mes después, Suzanne sabía exactamente qué podía esperar. Se sintió impresionada cuando el equipo del Dr. Kresl le enseñó el Sistema CyberKnife y los ordenadores que lo manejaban. Le explicaron su funcionamiento en gran detalle: que detecta el menor movimiento del paciente o del tumor y que se reajusta inmediatamente para poder seguir radiando el tumor con una precisión extrema. Y le aseguraron que sabía lo que ocurriría durante las sesiones de tratamiento.
 
Antes del tratamiento, Suzanne se puso en contacto con el Grupo de Apoyo al Paciente de CyberKnife, una comunidad de pacientes que han recibido tratamiento con el Sistema CyberKnife®. "Pude hacerles preguntas detalladas, como por ejemplo cómo me sentiría después, e incluso algo tan estúpido como qué ropa ponerme para las sesiones", dijo Suzanne. "Había una mujer de Australia que estaba recibiendo el tratamiento en Stanford en ese entonces, y a través del grupo de apoyo pude seguir sus progresos todos los días y comentar con ella cómo se sentía. Aquello me preparó de verdad."
 
Un viernes de mediados de diciembre del 2005, Suzanne se sometió a una TC y una RM para ayudar a los médicos a ubicar el tumor y planificar el curso de tratamiento. El lunes siguiente recibió el primer tratamiento, que duró una hora y media. Recibió dos tratamientos más, de una hora cada uno, el martes y el miércoles.
 
Aunque estaba un poco cansada después de cada sesión, pudo volver a casa cada día e interactuar con sus hijos como de costumbre. "No sentí nada", recordó Suzanne. "Casi te preguntas si está haciendo algo de verdad, porque es completamente indoloro."
 
Pero, en realidad, el tratamiento con CyberKnife estaba haciendo su trabajo. En septiembre del 2006, la revisión de los nueve meses mostró signos de que el tumor estaba muriendo. Y, por suerte, dijo Suzanne, no sufrió ninguna de las complicaciones habituales en los pacientes de microcirugía. No perdió audición, su equilibrio sigue siendo el mismo y no tiene parálisis facial.
 
"Todo el viaje con CyberKnife fue muy fácil", dijo Suzanne. "Mi calidad de vida nunca se vio alterada y, para mí, eso era muy importante, porque no quería que las vidas de mis hijos cambiaran. Otras personas que conozco tenían el mismo tipo de tumor y optaron por la microcirugía. Pero han obtenido resultados completamente distintos y todos los días son duros para ellos. Casi me siento culpable por el hecho de que todo el proceso fuera tan fácil para mí."
 
Suzanne añadió que ahora sabe que no puede dar nada por descontado. "Nunca sabes cuándo te puede cambiar la vida. Yo no tenía motivos para pensar que me pasaba algo malo", declaró. "Ahora intento aprovechar el tiempo al máximo con mi familia y mis hijos."

 

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